Coronel venía ocupando el cargo de vicepresidenta primera del cuerpo, mientras que Gil Lavedra era el vicepresidente segundo.
Al anunciar los cambios, la Mesa Directiva advirtió sobre “la lógica de confrontación y desprecio por la diferencia que caracterizó al kirchnerismo” y que “lejos de modificarse, continúa con el actual gobierno”.
Apuntó que la UCR “no puede permanecer impasible ante una realidad que golpea a los sectores más vulnerables”, entre los que mencionó a la crisis del Hospital Garrahan, el deterioro de la atención a personas con discapacidad y los jubilados “con ingresos por debajo de la línea de pobreza”.
Cuestionó “las consecuencias de un rumbo del gobierno nacional que profundiza la fragmentación social, debilita al Estado y sus instituciones democráticas y deslegitima a la prensa”, e hizo un llamado “a todos los sectores del radicalismo y a cada correligionaria y correligionario” para “construir una alternativa nacional, a través del diálogo franco y sincero, que respete los principios y valores fundamentales que han dado una identidad a la Unión Cívica Radical a lo largo de la historia, pero que a la vez comprenda las nuevas demandas de la sociedad en estos momentos y la realidad de los diferentes distritos”.